Desde la previsión del tiempo hasta la creación de estudios médicos, el conocimiento que adquirimos gracias a la gran recolección de datos define partes importantes de nuestra vida. Recopilar y analizar datos es una forma de aprender, predecir, optimizar y desarrollar ideas. Con la llegada de la revolución digital, se comparten enormes cantidades de datos cada segundo. Así, los servicios y la tecnología se adaptan a nuestro comportamiento de nuevas maneras y, a su vez, influyen en nuestras acciones.

En este artículo veremos algunas de las formas de recopilación de grandes conjuntos de datos, para qué sirven y cómo los datos están presentes en nuestra vida cotidiana.

Por la mañana: de camino al trabajo

Cuando vas de camino al trabajo seguramente consultas Google Maps o otro servicio similar, para elegir la ruta más rápida. Si vas en coche, te interesará conocer el estado del tráfico y Google Maps te da información en tiempo real sobre los atascos. Esto es posible gracias a que las personas comparten (de forma anónima) su ubicación con sus dispositivos móviles y, a partir de eso, la plataforma registra la velocidad con la que se mueven los vehículos en un área en concreto.

El Big data también ayuda a mejorar los sistemas de transporte público. Saber cuántas personas toman una línea de metro específica ayuda a optimizar la frecuencia en la que pasan los trenes. Para recopilar estos datos, los urbanistas pueden rastrear cuántas personas pasan por los torniquetes o simplemente encuestar a las personas de un área en concreto para conocer cuáles son los modos de transporte que prefieren.

Durante el día: Buscar, decidir, navegar

Probablemente en algún momento del día uses algun motor de búsqueda. Este tipo de servicios no sólo te dan respuestas, sino que también registran lo que las personas buscan durante un cierto período de tiempo. Gracias a esto, tenemos información interesante sobre lo que las personas piensan y lo que les interesa. También puedes instalar rastreadores en tu dispositivos para participar en estudios de mercado. Nicequest, por ejemplo, ofrece la oportunidad de añadir Thea a tu smartphone o PC para que puedas contribuir, de forma anónima, a la creación de estadísticas sobre cómo las personas usan Internet. Aprender qué busca la gente y qué sitios web visitan o qué aplicaciones usan ayudará a las empresas y, a quienes toman las decisiones, a mejorar sus servicios y su oferta.

Puede que estés planeando un viaje o buscando un nuevo restaurante donde ir y aquí es cuando te conviertes en un verdadero analista de datos. Cuando no tienes una recomendación de alguien de confianza, es probable que acabes entrando en Internet para visitar páginas web como TripAdvisor o Yelp. Al mirar las reseñas y los comentarios de otras personas, acabas tomando tu propia decisión, pero una decisión crítica basada en datos. Después de haber ido a ese restaurante, quizás contribuyes también tú en esta “inteligencia de multitudes” compartiendo tu punto de vista.

Seguro que en algún punto del día probablemente revisas tus redes sociales. Aquí es donde la recopilación de datos puede volverse complicada o incluso peligrosa. Las empresas han utilizado datos, especialmente recopilados a través de Facebook, para crear perfiles de personas con el objetivo de influir en ellos y manipularlos. Cuando analizas los me gusta, comentarios, grupos, juegos, quizzes o tests de personalidad, es fácil enviar anuncios y artículos específicos, a veces incluso utilizando afirmaciones falsas, y persuadirlos para que voten a un partido en concreto. No hace falta decir que esta es una seria amenaza para la democracia en cualquier país. Por lo tanto, siempre que uses cualquiera de tus redes sociales para registrarte en algo o para jugar un juego o un hacer un quiz o un test, asegúrate de que es seguro y verifica la política de privacidad para ver qué información se recopila y cómo o con qué finalidad se usará. Porque tus datos te pertenecen y deben usarse con respeto.

Después del trabajo: Comprar y relajarse

Un ejemplo de una forma muy útil de compartir sus datos es participando en la investigación de mercados. Cuando vas al supermercado después de trabajar, la mayoría de los productos que ves han pasado por alguna fase en la que se pregunta a los consumidores su opinión sobre el mismo. Hay muchas formas de obtener estos datos, aparte de compartiendo tu comportamiento en Internet, como ya hemos mencionado anteriormente. Por ejemplo, a través de encuestas, focus group o incluso que los consumidores envíen sus tickets de compra. De esta forma, las marcas pueden mantenerse al día de los intereses de la sociedad y de sus consumidores. Así pueden ofrecer más opciones vegetarianas, si cada vez más personas expresan interés en los alimentos sin carne, por ejemplo.

Al final del día, seguro que te apetece relajarte con una película o un buen libro. Servicios como Netflix te recomiendan series y películas basadas en lo que tú y las personas con gustos similares al tuyo; Spotify te recomienda música y si alguna vez has comprado un libro en Amazon, es posible que lo eligieras en función de una recomendación. Además al comprar ese libro, le das nueva información al algoritmo que se encarga de recomendarte qué comprar. Puede que hayas elegido ese libro o qué película ver basándote en reseñas de otras personas. De nuevo, los datos te ayudarán a tomar una decisión racional y informada.

Como ves, los datos son una parte importante de nuestras vidas y, cuando se usan de manera responsable, pueden facilitarnos mucho la vida como individuos y como comunidad.

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